Alas, por un futuro mejor
El Día Internacional de la Mujer, que se celebra por iniciativa de las Naciones Unidas desde 1975 y proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, encuentra sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
Pero esta conmemoración había empezado a echar sus raíces desde mediados del siglo XIX en plena revolución industrial, cuando el día a día de las mujeres estaba limitado: no tenían derecho a votar, a la educación o manejar su propio dinero. Incluso, la calidad de vida femenina estaba muy por debajo de la de los hombres, debido a partos, violencia doméstica y muy bajos salarios.
Los esfuerzos de las mujeres por reivindicar sus derechos han sido múltiples durante los últimos 200 años. La historia refiere que mientras en Europa realizaban movimientos aislados para protestar por mejores condiciones laborales, el 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles salieron a las calles de Nueva York con el lema “Pan y rosas” para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.
Este suceso estuvo entre una de las primeras manifestaciones masivas para luchar por sus derechos, al que le siguieron distintos movimientos y movilizaciones, como la huelga de las camiseras de 1909. Uno de los momentos más difíciles de la lucha por los derechos de la mujer se produjo el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, de Nueva York, donde un total de 146 mujeres murieron y 71 resultaron heridas. La mayoría eran jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años. Lo grave de este desastre hizo que se modificara la legislación laboral en Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de la infinidad de obstáculos que las mujeres han venido sorteando durante cientos de años, sigue viva su lucha para alcanzar mejores condiciones de vida, mejores salarios y mayor reconocimiento en el ámbito de la tecnología y la ciencia.
El documento “Guatemala requiere equidad de género en la remuneración” de Naciones Unidas apunta que “En Guatemala, por cada Q100 que gana un hombre, una mujer gana Q68 generando una brecha salarial de 32 por ciento. Guatemala requiere impulsar una economía inclusiva y con equidad de género en la remuneración”.
La brecha tecnológica también tiene sus desafíos, ya que según el estudio “Las brechas de género en ciencias, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Guatemala, de los estudiantes, hombres y mujeres, que llegan a la universidad, alrededor de 30 por ciento son mujeres que se gradúan en carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, STEM (por sus siglas en inglés). De ellas, un 40 por ciento termina carreras relacionadas con las ciencias naturales, matemáticas y estadística, y solo 20 por ciento, en tecnología de la información y comunicación, lo que indica que aún hay mucho camino por recorrer.
Este 8 de marzo, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, elPeriódico publica el Suplemento Alas, como un homenaje a las mujeres que con su trabajo y esfuerzo procuran que la sociedad guatemalteca avance. Y para conocer los logros y desafíos en los distintos campos, hoy les presentamos las historias y experiencias de destacadas mujeres guatemaltecas y extranjeras que se esfuerzan por un futuro promisorio.